El próximo viernes a instancias del juez octavo penal de Bogotá se define la suerte de Luis Alfonso Hoyos Aristizábal, uno de los principales alfiles del uribismo. Ese día, el juez determinará si el exfuncionario del gobierno Uribe es responsable o no de los delitos de espionaje, concierto para delinquir, cohecho, acceso abusivo a un sistema informático y uso de software malicioso. Una determinación judicial que genera expectativa por la condición del procesado y porque los hechos que se le endilgan tienen directa relación con una supuesta intención de desprestigiar el proceso de paz con las Farc. Hoyos, huyó del país y en Miami, Estados Unidos, espera la decisión, al tiempo que su defensa ha señalado en las audiencias que durante el proceso que se inició hace cerca de cuatro años, se demostró su inocencia.
El abogado de 55 años, Luis Alfonso Hoyos, es oriundo de Pensilvania, (Caldas) y de la mano de Óscar Iván Zuluaga y Adriana Gutiérrez, políticos de esa región del país, se convirtió desde el año 2001 en uno de los hombres clave de Álvaro Uribe, al punto que cuando este tenía una intención de voto no mayor al 5% en las encuestas para su primera elección presidencial, Hoyos fue determinante en la campaña y fue uno de los gestores en la posterior designación popular de Uribe como primer mandatario de los colombianos.
Su tradición política mediante la conformación del Movimiento Cívico por Pensilvania le permitió confrontar y superar a la coalición de Víctor Renán Barco y Omar Yepes Álzate, quienes durante décadas reinaron en el departamento de Caldas, este fue uno de los factores que le facilitó entrar en el corazón del uribismo. Con un palmarés que le permitió ser concejal a los 22 años, representante a la Cámara, Senador y funcionario de la alcaldía de Enrique Peñalosa en 1998. No obstante, tuvo dos golpes en su ascendente carrera: perdió la gobernación de Caldas y el Consejo de Estado le quitó su investidura por autorizar un viaje indebido de una funcionaria de su unidad legislativa.
Con amplio recorrido político y luego del triunfo de Álvaro Uribe en 2002 se convirtió en parte del primer anillo del presidente. Llegó entonces como director de la Red de Solidaridad Social en donde permaneció durante siete años. Después fue designado embajador de Colombia ante la OEA y regresó en 2009 para asumir la dirección del Sena. En la reelección de Uribe volvió a ser determinante. No obstante, fue relacionado por Yidis Medina por su supuesta participación en la denominada ‘Yidispolítica’ como quiera que lo señaló de ofrecer cargos a congresistas cuando fue director de Acción Social, entidad que asumió las labores de la Red de Solidaridad Social. Sin embargo, por este caso no fue procesado.
Luego de su paso por el Sena, Hoyos retornó a las huestes de uno de sus mentores, Óscar Iván Zuluaga quien aspiraba a reemplazar en la presidencia de la República a Juan Manuel Santos, luego que este último tuviera diferencias con Álvaro Uribe y le quitara el respaldo para su reelección en 2014. Entonces, Hoyos, se convirtió en el jefe de debate de Zuluaga, enfrentando al mismo Santos y a otros políticos de su propia colectividad, como Carlos Holmes Trujillo, Juan Carlos Vélez, Luis Alfredo Ramos y Francisco Santos, quienes aspiraban también a la primera magistratura. Pero fue el exvicepresidente 'Pacho' Santos quien intentó ganarle el pulso pero resultó derrotado en una polémica convención uribista.
Y fue precisamente en el marco de la confrontación entre Francisco Santos y Óscar Iván Zuluaga que empezaron los problemas penales para Luis Alfonso Hoyos. Era mediados de enero de 2014 cuando en condición formal de asesor espiritual de la campaña de Zuluaga, pero en condición informal como quiera que manejaba los hilos de la contienda, que le fue presentado un singular personaje, experto en asuntos informáticos. Se trató de Andrés Fernando Sepúlveda Ardila, quien posteriormente fue denominado como el ‘hacker’ Sepúlveda.
Las cosas electoralmente tenían varios matices. Una confrontación con Francisco Santos, la preocupación del presidente Juan Manuel Santos porque su reelección se estaba complicando y destellos de triunfalismo, porque Óscar Iván Zuluaga, de la mano de Uribe aumentaba su popularidad. Para esos momentos ya actuaba con un bajo perfil la multinacional brasilera Odebrecht, que a través de su departamento de Operaciones Estructuradas, ya había infiltrado las campañas de Zuluaga y Santos con espurias contribuciones.
Entonces vino la actuación del fiscal Eduardo Montealegre y su vicefiscal Jorge Fernando Perdomo, quienes a través de su delegado, el fiscal Daniel Hernández, empezaron a investigar las actuaciones de Sepúlveda, quien para el círculo de los verdaderos hacker, siempre fue considerado como una persona de escasos conocimientos en la materia y más bien era quien los contactaba para sus vueltas.
Las actividades investigativas de la Fiscalía, dieron cuenta que Luis Alfonso Hoyos y otras personas que trabajaban en la campaña de Zuluaga se reunieron con el 'hacker' Sepúlveda para varias gestiones. Según el ente acusador, uno de los propósitos fue concertarse para desprestigiar el proceso de paz con las Farc que por esa época adelantaba el gobierno Santos en La Habana, Cuba. Para este fin, presuntamente, se buscaba obtener información secreta o privilegiada mediante diversas actividades acordadas entre Hoyos y Sepúlveda.
En concreto, afirma la Fiscalía, que entre enero y mayo de 2014 en Bogotá, se ordenó a Sepúlveda la obtención de bases de datos del Grupo de Atención Humanitaria al Desmovilizado, GAHD. Esta contenía la información de todos los desmovilizados de la guerrilla desde el año 1993 hasta el año 2008. Una información que contenía la caracterización de los posibles desmovilizados de las Farc y que determinaba cuáles eran considerados de alto valor para el Estado, entre ellos, cabecillas de altos o manos medios.
Otra misión verbal, que según las autoridades ordenó Luis Alfonso Hoyos al hacker Sepúlveda, fue la obtención de la base de datos del Grupo Antiterrorismo de la Sijin, Bogotá, conocido como el Grute. Se trata de un elemento informático en donde se tiene la información de los milicianos, la descripción de sus actividades delictivas y su movilización en la capital de la República. De igual manera, el ‘hacker’ Sepúlveda obtuvo información del Grupo Antiterrorismo de la dirección de la Policía Nacional que solo circulaba para los delegados en la materia a nivel nacional.
El binomio de actividades Hoyos ordenando y Sepúlveda ejecutando permitió también detectar un correo a alias ‘Boris’, señalado jefe de comunicaciones de las Farc en la mesa de negociaciones de La Habana. Esta información era determinante para saber los movimientos de la organización en momentos en que se negociaba el proceso de paz de La Habana.
De la misma manera, dice la Fiscalía, que entre los meses de abril y mayo de 2014, Luis Alfonso Hoyos ordenó a Sepúlveda Ardila que ofreciera y entregara dinero a varios servidores públicos. En esencia, a Carlos Alberto Betancourt, cabo segundo del Ejército Nacional adscrito a la Central de Inteligencia Técnica, Citec, quien ejecutaba labores de inteligencia a través de la fachada denominada Andrómeda. Allí, la negociación a la que se llegó es la venta que Betancourt le hizo a Sepúlveda de diez correos con claves, supuestamente correspondientes a los negociadores del proceso de paz, entre los cuales estaba el de alias ‘Boris’.
Otro negocio que hizo el hacker Sepúlveda, quien ya fue condenado por la justicia, fue la compra a Wilson Leonardo Torres Wilches a gente de la Dirección Nacional de Inteligencia y a Luis Humberto Moreno Montes, cabo primero del Ejército Nacional, adscrito a la Citec, de la base de datos del Grupo de Atención Humanitaria al Desmovilizado, GAHD. También se señala que se habría hecho la compra de otra base de datos, el Grupo Antiterrorismo de la Sijin, Grute, al patrullero David Ignacio Parra Amín.
Vendría además, un cuestionamiento de fuego amigo. Señala la Fiscalía que entre los meses de febrero y marzo de 2014, Luis Alfonso Hoyos, instruyó al hacker Sepúlveda para que accediera al correo del exvicepresidente y entonces rival político, Francisco Santos. Un asunto que se logró en parte accediendo al buzón de las secretarias María Angélica Cuéllar y Alejandra Ospina Estefan que tenían sus correos electrónicos a través del dominio pachosantos.com.
Otro de los asuntos que tienen en entredicho a Hoyos frente a la justicia es que Sepúlveda sin estar facultado y a través de las comunicaciones de terceros creó la página Diálogos a Voces, la cual publicaba una parte de la información que se obtenía de las bases de datos consideradas reservadas y de seguridad nacional como las del GAHD y del Grute.
Con base en estos hechos, la situación de Hoyos se complicó y fue acusado por varios delitos. En lo político, las pesquisas de la justicia también tuvieron su efecto porque finalmente y pese a haber ganado en primera vuelta su amigo Oscar Iván Zuluaga, fue derrotado por Juan Manuel Santos quien fue reelegido el 15 de junio de 2014.
De hecho, el 5 de mayo de 2014, en el punto más álgido de la campaña presidencial, Andrés Fernando Sepúlveda Ardila fue capturado y señalado de liderar una oficina de interceptaciones ilegales para sabotear el proceso de paz que el gobierno adelantaba con las Farc. El asunto fue un duro golpe a las entrañas de la campaña del candidato uribista cuyo efecto fue imposible revertir en las urnas en segunda vuelta.
Desde entonces, cambió la vida de Luis Alfonso Hoyos. El 27 de julio de 2015 el juez 45 de control de garantías emitió orden de captura en su contra. No obstante, meses antes, Hoyos había salido a Estados Unidos en donde solicitó asilo político. Actualmente vive en Miami y por ello no se presenta a las diligencias judiciales pero su defensa ha continuado con el proceso.
En cuanto al hacker Andrés Sepúlveda, aceptó cargos y fue condenado a diez años de prisión. Hoy purga su pena en la cárcel Picaleña en el departamento del Tolima. Otros procesados en el caso hacker como el ecuatoriano Daniel Bajaña, pre acordó con la Fiscalía y fue condenado a tres años y cuatro meses de prisión por hacer seguimientos electrónicos a Francisco Santos.
Quienes vendieron la información reservada a Sepúlveda como Wilson Leonardo Torres Wilches, exagente de inteligencia de la Dirección Nacional de Inteligencia, Luis Humberto Moreno Montes, agente de la Central de Inteligencia Técnica del Ejército, Citec, el teniente Michael Andrés Usme Charry y el patrullero de esa institución David Ignacio Parra Amín, entre otros, también fueron sentenciados.
Son los argumentos de la Fiscalía, frente a la defensa de Luis Alfonso Hoyos Aristizábal, que considera que en estos cuatro años de proceso y en cerca de 50 audiencias argumenta que ha demostrado con suficiencia la inocencia de su cliente. Sin embargo, por respeto a la justicia, su abogado titular Pedro Aguilar ha señalado que solo se pronunciará oficialmente una vez se conozca el sentido del fallo el próximo viernes. El juez octavo tiene la palabra.