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Beneficios a un delincuente que asedia al norte de Bogotá

Desde hace años maniobra en Usaquén. Pese a su captura en flagrancia por hurto, varios ingresos a prisión, condena por diversos delitos y en detención domiciliaria, quedó en libertad. Habitantes del sector claman por seguridad y piden mayor firmeza a los jueces.

Operativo Judicial
Por Agencia Periodismo Investigativo | Créditos: Foto: Policía Nacional

A los vecinos del barrio San Patricio y otros aledaños a la localidad de Usaquén, al norte de Bogotá, los ronda la indignación y la incertidumbre. En flagrancia, las autoridades capturaron a uno de los delincuentes que desde hace tiempo maniobra un sector que en los últimos meses se ha convertido en escenario frecuente de hurtos.

No obstante, las evidencias y sus antecedentes, un juez no lo envío a prisión aunque ya tuvo el beneficio de pagar una condena anterior en su domicilio. Ahora, de nuevo está libre y el riesgo que vuelva a sus actividades, al igual que otros malhechores en la zona es evidente.

El señalado se llama Marcos Giovanni Mora Vargas. A comienzos de la semana pasada tras las múltiples denuncias de la ciudadanía en el sector fue capturado por la Policía.

En efecto, según el reporte policial, Mora Vargas ya era referente de hurtos en la zona. De hecho, el lunes 8 de noviembre, la patrulla del cuadrante fue informada de un asalto que se presentó en plena luz del día.

A las 11:14 a.m de ese día, en la calle 108 con carrera novena, vecinos y policía en sus cámaras, observaron que un hombre vestido de azul que merodeaba el sector, aprovechó la indefensión de un ciudadano de la zona que hablaba por celular.

De inmediato, el sujeto pasó raudo en una moto azul y rapó el teléfono móvil del habitante del sector que hablaba con amigo. Este no tuvo otra alternativa de defensa que los gritos y en medio del desespero solicitar auxilio. Estaba en una silenciosa calle de varios edificios residenciales, por eso su petición de ayuda fue atendida con prontitud.

Localidad Usaquén
Localidad Usaquén, Plaza Fundación / Alcaldía de Bogotá

 

Los vecinos entendieron la situación y de inmediato llamaron al cuadrante del sector. Al instante se inició la persecución por parte de los uniformados.

El sujeto emprendió la huida en una motocicleta azul de gama media. La acción policial fue eficiente y sin perderlo de vista comenzó el operativo para capturarlo.

Siete cuadras más adelante de donde había efectuado el hurto, en la calle 116 con carrera 18, fue interceptado por las autoridades.  No había pasado un par de minutos, cuando, como no sucede con frecuencia, fue reducido por los uniformados.

Mora Vargas fue requisado e identificado. Como era de esperarse, los policías encontraron en su poder un IPhone 11, cuyo valor nuevo en el mercado formal asciende a los cuatro millones de pesos.

La eficiencia del operativo fue máxima. Pocos minutos después llegó al sitio la víctima. Un abogado de una reconocida empresa del sector de hidrocarburos quien reconoció al sujeto, así como su teléfono móvil celular.

Calle 109
Foto: screenshot Google Street View, Calle 109

 

En el papel la operación urbana había sido un éxito. Una comunidad en alerta, una víctima, un ágil proceder de la policía y un delincuente con las manos en la masa.

Elementos suficientes para que fuera llevado ante un juez de control de garantías para su judicialización y posterior envío a prisión, como lo pretendía la comunidad del sector.

Con otra particularidad. Según los archivos de la justicia, la base de datos del sistema judicial y el SPOA de la Fiscalía, Mora Vargas tiene un extenso prontuario.

Se trata de un ciudadano de 45 años, nacido el 28 de junio de 1975, casado y que tiene registrada una dirección de residencia en el barrio 20 de julio, al sur de Bogotá. En concreto, aparece que vive en la carrera segunda con calle 30 sur.

Además de este hurto, ya había sido judicializado por varios eventos similares. También registra antecedentes penales por porte ilegal de armas y lesiones personales.

Iglesia 20 de julio
Iglesia 20 de Julio / Alcaldía de Bogotá

 

A ello se suma que además en el pasado fue capturado dos veces por porte ilegal de armas. Incluso pagó cinco años de prisión y obtuvo el beneficio de casa por cárcel.

Pero al día siguiente de su captura, los vecinos del sector se enteraron de lo inesperado. El martes 9 de noviembre, un juez de control de garantías, lo dejó en libertad.

En consideración del funcionario judicial no se reunieron los requisitos para enviarlo a prisión, en una audiencia, en donde cuestionó al fiscal del caso por la ausencia de contundencia en la presentación de los elementos materiales probatorios y la argumentación de la Fiscalía.

Una vez se supo la noticia, los habitantes del sector entraron en indignación, no podían creer que el trabajo mancomunado entre la ciudadanía del sector y las autoridades, así como, la rápida acción de la policía y la captura en flagrancia no tuvieran un resultado final efectivo.

Al respecto uno de los habitantes del sector señaló: “este delincuente a hurtado decenas de veces en la calle 109 y alrededores, ha sido reconocido por varias victimas. Tiene varios antecedentes por hurto, había estado en la cárcel y tenía domiciliaria, sin embargo, ayer un señor fiscal determinó darle libertad porque según él, "no cumplía con los requisitos para enviarlo a la cárcel".

Audencia Paloquemao
Audiencia Juzgados Paloquemao

 

No obstante, abogados consultados por la Agencia de Periodismo Investigativo, API, precisaron que, si bien el sujeto fue dejado en libertad, ello no significa que no vaya a responder por sus actividades ilícitas.

“Tras la audiencia de legalización de captura y medida de aseguramiento no privativa de la libertad, continúa vinculado en el proceso penal por el hurto y tendrá que defenderse en juicio. Un juez decidirá si es condenado o no”, precisó otro penalista consultado.

Por esta razón desde que se presentó el hecho, vecinos del sector siguen unidos para evidenciar lo que sigue pasando en su localidad conformada por estratos cinco y seis y con amplio entorno de reconocidos almacenes y restaurantes. 

Una localidad que, según cifras de la Secretaría de Seguridad de Bogotá, es de las más inseguras junto con Engativá, Kennedy, Suba y Chapinero. Una cifra refleja la situación de Usaquén, es el 33% que ha llegado a aumentar los hurtos en ese sector.

Y es que son los mismos vecinos quienes desde que se conoció la noticia, han buscado denunciar lo que sigue pasando. Mediante comunicaciones públicas, grupos de WhatsApp, manejo de redes sociales y contactando a periodistas y medios de comunicación. Es un ruego permanente y no la garantía de seguridad que deben tener cualquier ciudadano.

Juez de la República
Juez de la República / Secretaría General

 

“La gente está absolutamente desesperada con el manejo de los jueces y el peligro en el que ponen a la comunidad. Nos preguntamos qué tipo de gestión hacen para frenar la delincuencia, hasta qué punto esto la promueve, que ejemplo para los jóvenes y cómo impacta esto en la viabilidad del país”, resaltó otra vecina del sector.

Es el espejo de la inseguridad que no cede en Bogotá, con incremento de homicidios, hurto a personas y establecimientos y que tiene en la mira a localidades como Chapinero y Usaquén, especialmente por el estrato de la población y su capacidad económica.

Recientemente se recuerda como en ese mismo sector, en un puente festivo de julio mientras vecinos estaban de descanso fuera de Bogotá, delincuentes ingresaron a un edificio, amordazaron a varios habitantes, saquearon  apartamentos y huyeron.

Una historia que se había repetido con similares características en un edificio del barrio Santa Bárbara, ubicado en la carrera 21 con calle 118 a pocas cuadras de un CAI, por citar algunos casos. Una cifra que da cuenta de la difícil situación de inseguridad. En solo julio de este año se registraron 704 denuncias por hurtos, en Usaquén, de las más de 9.400 que hubo en la ciudad. A ello se suma la creciente ola de homicidios.

Hace pocas semanas la administración distrital y la Policía anunciaron el reforzamiento de la seguridad y una mejor dotación para los uniformados en Usaquén, pero ello parece que no es suficiente. Semanalmente, se está reportando decenas de casos con delitos pero muchos delincuentes saben que la impunidad crece.

Como lo explicó otro habitante de la zona, “la comunidad tiene la sensación que no sirve de nada el trabajo de la Policía. Incluso el Ejército ha intervenido contribuyendo con la vigilancia, pero normalmente cuando los capturan, a las pocas horas quedan en libertad, “hay que revisar que pasa con los jueces también”. 

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