El 13 de junio de 2018 llegó proveniente de China, el buque ARC Caribe. Una embarcación proyectada para apoyo logístico, hidrográfico y seguridad por la que el país pagó US$14 millones. Desde entonces permanece fuera de servicio atracado en el puerto de Cartagena, con problemas en los sistemas de propulsión y en las líneas de ejes.
Entretanto, las garantías están próximas a vencerse y el país adportas de perder más de $50.000 millones que pagó por un barco del que nadie entiende su utilidad y pertinencia. Un “elefante blanco” marítimo que nadie quiere ver.
La historia de este buque coincide con la llegada como comandante de la Armada Nacional del almirante Ernesto Durán González en el último año de mandato del presidente Juan Manuel Santos.
Aunque el Consejo de Almirantes le recomendó al entonces nuevo comandante de la Armada, mantener la capacidad de abastecimiento de la flota naval en las áreas de interés donde el país no cuenta con bases navales, con al menos un buque multipropósito, ya fuera el ARC Cartagena de Indias o el ARC Buenaventura, el almirante Durán no acató la recomendación y decidió dar de baja estas dos embarcaciones.
Un hecho inusual si se tiene en cuenta que desde que se confirmó la Jefatura de Planeación Naval, las decisiones sobre proyectos de adquisición se someten a consideración del Consejo de Almirantes, cuyas recomendaciones son escuchadas y tomadas en cuenta, “como un adecuado ejercicio de transparencia”, indicó una fuente al interior de la Armada a la Agencia de Periodismo Investigativo, API.
Sin los buques multipropósito, el país se embarcó en la tarea de adquirir uno. El elegido fue uno en reventa, es decir, no fue construido de acuerdo a las necesidades de la Armada Nacional.
Fue así como en diciembre de 2017 se firmó el contrato 026-Acofa-2017 con la firma Marine Assest Corporation buque multiproposito caribe por un valor de US$14 millones. Un valor, por el que según expertos es excesivo, pues se dice que estudios de mercado indican que para el momento de la operación contractual ese buque se estaba comercializando en US$7 millones.
Actualmente agentes de ventas del mismo astillero constructor Chino, Fujian Shipbuilding en Mawei, China ofrecen buques similares en reventa por US$10 millones.
El problema de la embarcación no es solo su precio, también su funcionamiento. Desde que zarpó del astillero constructor en China empezó a evidenciar fallas en los sistemas de propulsión y las líneas de ejes que al estar desalineadas, generan vibraciones y roturas en los equipos complementarios.
Por esta razón, desde que llegó a Colombia en junio de 2018 no ha podido ser utilizado. El buque permanece atracado en Cartagena fuera de servicio.
En la Armada Nacional todos recuerdan un hecho en particular. Cuando el vicealmirante Paulo Guevara Rodríguez quien se desempeñaba como Jefe de Material Naval empezó a indagar y exponer las fallas del buque chino, fue enviado a vacaciones y luego llamado a calificar servicios.
Su preocupación era legítima, pues él había recibido la orden de adquirir ese tipo de buque e inició el proceso de contratación y la firma del contrato con la Agencia de Compras de la Fuerza Aérea de Colombia, Acofa. A través de esta entidad el Estado adquiere este tipo de elementos específicos y algunos onerosos.
Una suerte similar corrió el vicealmirante Mario Rodríguez Viera, al poco tiempo de indagar sobre el buque y sus fallas. También el vicealmirante Héctor Medina Torres quien se opuso a la adquisición del buque, fue alejado del proceso a pesar de su cargo como Jefe de Planeación Naval.
Otros cuestionamientos emergen de dicho contrato. El proceso se realizó en el marco de la ley de garantías por elecciones. No hubo concurso y se adjudicó mediante el mecanismo de contratación directa.
A pesar de que la Dimar recomendó en su momento no surtir dicho proceso de manera directa si no mediante licitación en Colombia, este se realizó a través de Acofa.
Al respecto, mediante un comunicado la Dimar expedido recientemente aseguró que está supervisando las acciones adelantadas por la compañía Marine Assets Corporation, MAC, para el cumplimiento de la garantía y puesta en funcionamiento del buque. Según la entidad, los trabajos fueron reactivados el pasado 10 de junio y se espera que comience a navegar al finalizar este año.
“El buque hidrográfico multipropósito ARC “Caribe”, tendrá como función principal brindar apoyo a la investigación científica marina, en misiones de seguridad integral marítima, transporte de carga y salvamento marino, según la Dimar.
La institución señala que el buque puede desarrollar trabajos de investigación en la cuenca Caribe y Pacífico para la toma de muestras del fondo marino en aguas profundas que se encuentran entre los 4.000 y 4.500 metros.
Además tiene tecnologías incorporadas como un Sistema de Posicionamiento Dinámico que proporciona seguridad en las maniobras del buque y cumple con los estándares de automatización y seguridad en la navegación.
De hecho, recibió la Cruz de Malta por parte de la Sociedad de Clasificación American Bureau of Shiping-ABS, como un símbolo de sus estándares de calidad. Un reconocimiento que recibió pese a que aún no funciona.
Otra de las fuentes consultadas por la Agencia de Periodismo Investigativo, API que solicitó reserva de su identidad por los antecedentes que se han registrado con quienes se opusieron al proceso, indicaron que “si el proceso se adelantó a través de Acofa porqué aparece en el negocio un intermediario nacional y porque precisamente Defensa y Seguridad SAS, de propiedad de un amigo cercano del almirante Durán González”.
Precisamente, según registros mercantiles de la Cámara de Comercio de Bogotá, el intermediario nacional, Defensa y Seguridad SAS, es una firma que se constituyó el 3 de noviembre de 2010 con un capital suscrito de $60 millones. Su objeto social es, entre otros, asesoría, consultoría y capacitación en obras de ingeniería en general en los campos naval, eléctrico y electrónico. Aparece como su representante legal Gerardo Alonso Arias Lewnig, y es según el Dane, una empresa pequeña.
También se cuestiona porque la Corporación de Ciencia y Tecnología, Corecmar, administrada por la Armada Nacional y experta en el sector astillero y constructora de buques de última generación fue marginada del proceso.
Lo cierto es que a la fecha nadie responde. Ni el astillero constructor Fujian Shipbuilding ubicada en Mawei, China a quien esta Agencia indagó sin recibir respuesta.
Tampoco la casa clasificadora ABS, American Bureau of Shipping. El agente vendedor internacional, Marine Assets Corporation ubicada en Hong Kong y el agente vendedor nacional, Defensa y Seguridad SAS se han preocupado por poner en marcha la embarcación. Con el agravante de que las garantías están próximas a vencerse.
El más reciente requerimiento fue en septiembre de 2019 cuando el capitán de Navío, Alex Ferrero Ronquillo envió una comunicación al Coronel Gustavo Valvuena, de la Jefatura Administrativa de la Fuerza Aérea de Colombia, FAC.
A través del comunicado 9182 le solicitó el acompañamiento del Teniente Coronel Wilfred Carvajal una visita de inspección el mismo día de remisión de la carta, es decir el 25 de septiembre al buque ARC Caribe.
“Para comunicarle que se desarrolló la reunión de acercamiento para la resolución de las garantías de las líneas de ejes, el día 23 de septiembre de 2019 en las instalaciones de la Dirección General Marítima con la empresa Marine Assest Corporation MAC”. Se advierte en el comunicado.
La Dimar en su informe de gestión de 425 páginas del año 2017-2018 incluyó el buque hidrografico multiproposito-ARC Caribe por una inversión total de $43.208 millones.
“El proyecto se realizó para adquirir un buque que pueda reemplazar el ARC-Gorgona, el cual contará con equipos de investigación científica marina, equipos para señalización marítima, transporte de equipos y personal de apoyo, emplazamiento de equipos, asistencia a plataformas en mar y tierra, carga de insumos, maquinaria de uso operacional o prestación de servicios, apoyo operacional naval. Así mismo, operaciones de paz y ayuda humanitaria, control y protección del medio ambiente, búsqueda y rescate”, se indicó en la página 29.
La compra del buque chino mediante un proceso contractual que nadie entiende, no solo por su precio, la manera de adquirirlo, las fallas graves que lo afectan también por su esencia, tiene en entredicho a varios oficiales de la Armada que hasta ahora pasan impunes en el polémico negocio.
Otro documento conocido por la Agencia de Periodismo Investigativo, API, señala que la embarcación fue adquirida por el gobierno Santos con el propósito de participar en la extracción del Galeón San José, una versión que está en indagación.
El buque ARC Caribe no tiene, según varios expertos consultados, capacidad para abastecimiento de otras unidades en el mar, tampoco contaba con un equipo para hidrográfico y a su arribo al país se le instaló una ecosonda monohaz. En otras palabras, no es un buque hidrografico multiproposito.
Concluyen los especialistas que en realidad es un buque que presta apoyo a plataformas de perforación en el mar, con capacidades para cargas cementos, lodos, aceites y líquidos. “En nada relacionada con las misiones institucionales de la Armada Nacional y de la Dirección General Marítima”.
Registros verificados por esta Agencia, dan cuenta que ni en Fiscalía, Contraloría o Procuraduría, se adelantan investigaciones contra oficiales de la Armada o contratistas por este millonario negocio.
