Canciller Luis Gilberto Murillo propuso conciliación con Thomas Greg and Sons por licitación de pasaportes

El ahora exsecretario general de la Cancillería, José Antonio Salazar, ha desatado una tormenta mediática al revelar detalles inéditos sobre su salida del cargo y las razones detrás de su controvertida decisión de adjudicar la licitación de pasaportes a la firma Thomas Greg & Sons, acción que el presidente Gustavo Petro calificó de "traición".

En declaraciones a los medios de comunicación, Salazar explicó que su determinación de otorgar el contrato a Thomas Greg & Sons se basó en la recomendación de proponer conciliación con la firma, un plan que supuestamente había sido respaldado por el embajador de Colombia en Estados Unidos, Luis Gilberto Murillo. 

Según Salazar, Murillo habría manifestado su intención de proponer esta conciliación al presidente Petro, lo que llevó al exsecretario general a concluir que el problema no se resolvería de otra manera. Esta revelación arroja luz sobre la presunta influencia del embajador en la toma de decisiones cruciales en la Cancillería.

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El exfuncionario también detalló una conversación "brevemente" sostenida con el canciller (e) el jueves, 22 de febrero, donde expresó su intención de proponer al presidente la conciliación como la mejor opción. Sin embargo, poco después de este intercambio, Salazar fue declarado insubsistente por el presidente Petro, lo que desató una serie de especulaciones sobre los motivos detrás de su destitución.

En cuanto a su salida de la Cancillería, Salazar aclaró que no le solicitaron la carta de renuncia, pero interpretó que su partida era inminente debido a acciones similares tomadas con otras personas cercanas a Álvaro Leyva, exministro de la Presidencia suspendido en relación con el mismo caso de licitación de pasaportes. Esto, según Salazar, comenzó con la llegada del canciller encargado, lo que sugiere un patrón de cambios en la estructura de liderazgo de la Cancillería.

En medio de estas revelaciones explosivas, Salazar afirmó que se dedicó a trabajar diligentemente para resolver los problemas en la institución y que su partida no se debió a una evasión de responsabilidades, sino a una convicción de que la conciliación era la mejor vía para abordar la situación.

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