Salvatore Mancuso acusa a exdirectores de la Policía Nacional de ayudar a su liberación

Salvatore Mancuso, exparamilitar y uno de los jefes más importantes de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, ha revivido manifiesto en contra de dos exdirectores de la Policía Nacional de Colombia, Rosso José Serrano y Óscar Naranjo, así como del coronel Danilo González. 

Mancuso, quien se encuentra detenido en Estados Unidos por narcotráfico, ha afirmado que estos oficiales ayudaron a facilitar su liberación cuando fue capturado en La Guajira en 1997 junto a Rodrigo Tovar Pupo, conocido como "Jorge 40".

De acuerdo con Mancuso, él y "Jorge 40" fueron capturados en el departamento de La Guajira cuando se desplazaban para hablar con el "hombre Marlboro" y con Francisco "Kiko" Gómez para expandir las Autodefensas a esa región. 

En el camino, los hombres de Mancuso asesinaron a un líder campesino e hirieron a otras personas, lo que exacerbó la situación en la zona y llevó a su detención en un retén.

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Mancuso afirmó que el comandante de la Policía de La Guajira se negó a liberarlos, por lo que se comunicó con Carlos Castaño, líder de las AUC en ese momento, quien a su vez habló con el coronel Serrano, exdirector de la Policía Nacional. 

Según Mancuso, Serrano llamó a Naranjo, quien seguramente al coronel González que los liberará. Mancuso tuvo que "arreglar" con el fiscal y el juez, salir disfrazado de policía ante las protestas de la comunidad, y dejar a dos hombres como "positivo" para calmar a la población.

Después de su liberación irregular, un capitán de la Policía lo escoltó hasta el municipio de Zambrano, donde fue recogido por un mayor de apellidos Méndez, comandante de la Sijín de Bolívar, quien lo "cuidó" hasta el departamento de Córdoba.

Mancuso ha reafirmado estas acusaciones contra Serrano, Naranjo y González en sus declaraciones ante la Justicia y Paz, el programa de justicia transicional creado por el gobierno colombiano para procesar a los paramilitares desmovilizados. Según Mancuso, sus antiguos aliados ahora lo consideran un enemigo acérrimo porque está contando la verdad sobre su relación con la Policía y otros funcionarios del Estado.

Los exdirectores de la institución no se han pronunciado frente a los señalamientos del exjefe paramilitar.

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