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Sobrevivió a masacre en La Guajira hace ocho meses, ahora es asesinado en España

La trágica desaparición de su familia y el último sobreviviente colombiano que acaba de ser ultimado fuera del país.

Roberto Carlos Vega Daza
Por Agencia Periodismo Investigativo | Mié, 28/02/2024 - 08:57 Créditos: Imagen tomada de El Tiempo

En un giro trágico y sorprendente, la noticia de la muerte de Roberto Carlos Vega Daza, el único sobreviviente de una brutal masacre que conmocionó a la comunidad de La Guajira y a toda Colombia, se ha esparcido rápidamente. 

Vega Daza, cuya familia fue cruelmente aniquilada en junio de 2023 en el sector de Villa Campestre, Puerto Colombia, Atlántico, encontró un final violento en la ciudad de Valencia, España, bajo circunstancias que aún dejan más preguntas que respuestas.

El lúgubre episodio tuvo lugar en la noche del martes, en la localidad de El Saler, Valencia, donde Vega Daza y dos acompañantes, también colombianos, fueron acribillados alrededor de las 9:30 p.m. 

Este hecho no solo agrega un capítulo más al ya extenso historial de violencia asociado con el clan Vega Daza sino que también plantea inquietudes sobre la extensión internacional de los conflictos y rivalidades que los rodean.

La investigación, liderada por la Policía Local de Valencia y la Guardia Civil, se centra en desentrañar las circunstancias que rodearon el ataque, que preliminarmente se asocia con un ajuste de cuentas vinculado a un robo de una significativa cantidad de cocaína. Este detalle sugiere que detrás del asesinato podrían esconderse dinámicas complejas relacionadas con el tráfico internacional de drogas.

Lea también: (Tres colombianos asesinados en Valencia, España, por un presunto ajuste de cuentas)

Roberto Carlos Vega Daza, heredero de una familia con un pasado marcado por la violencia y el crimen, había intentado reconfigurar su vida y sus negocios tras la muerte de sus seres queridos. 

Su movimiento desde Panamá a Albania, y eventualmente a España, indica un esfuerzo por establecer nuevas conexiones en el lucrativo pero peligroso mundo del narcotráfico, posiblemente buscando alianzas con el Cartel de los Balcanes.

Este incidente no solo resalta la persistente sombra del crimen organizado que afecta a comunidades en Colombia y más allá, sino que también subraya la vulnerabilidad de aquellos que, incluso en la distancia, no logran escapar de los tentáculos de las disputas y venganzas que definen a menudo el submundo del tráfico de drogas.

Las autoridades colombianas, en coordinación con sus homólogas españolas, ahora enfrentan el desafío de identificar a los otros dos fallecidos, desentrañar la red de conexiones que ligaba a Vega Daza con el mundo criminal internacional, y responder a la urgente necesidad de justicia para las víctimas de este trágico suceso.

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