Mujeres rurales enfrentan discriminación étnica en Colombia, asegura ONU Mujeres

Cada año, el 15 de octubre se celebra el Día Internacional de las Mujeres Rurales, una ocasión significativa para reconocer la vitalidad y el liderazgo de las mujeres que habitan en áreas rurales en todo el mundo. En Colombia, las mujeres rurales desempeñan un papel esencial como guardianas de la tierra y sembradoras de cambio. Su contribución es fundamental para la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible.

A nivel mundial, las mujeres rurales representan aproximadamente el 25% de la población y desempeñan diversas funciones, desde la agricultura hasta el emprendimiento. Sin embargo, enfrentan numerosos desafíos, como la falta de acceso a la tierra, salarios injustos y escasas oportunidades para participar en la toma de decisiones. Estos obstáculos se han agravado con las crisis económicas y alimentarias globales.

Según el Banco Mundial, en América Latina y el Caribe, cerca del 20% de la población vive en áreas rurales, y más del 50% de esa población rural está compuesta por mujeres. En Colombia, aproximadamente el 23.9% de la población reside en zonas rurales, lo que equivale a 12.5 millones de personas, de las cuales 5.9 millones son mujeres.

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En Colombia, las mujeres rurales enfrentan desafíos adicionales relacionados con la discriminación étnica y la falta de acceso a servicios esenciales. A pesar de la importancia de su labor, su contribución a menudo es invisibilizada y mal remunerada.

Datos recientes muestran que el 29.8% de los hogares rurales encabezados por mujeres se encuentran en situación de pobreza multidimensional. Esto se relaciona, en parte, con la carga adicional de trabajo doméstico no remunerado que recae sobre las mujeres rurales. El 80% del tiempo dedicado al trabajo doméstico y de cuidado no remunerado en las zonas rurales es aportado por mujeres.

La educación es otro desafío; una de cada 12 mujeres rurales entre 6 y 21 años no asiste a la escuela debido a responsabilidades en el hogar. Además, las barreras para el empoderamiento económico de las mujeres se reflejan en la dificultad para acceder a créditos y asistencia técnica. Las normas discriminatorias continúan limitando su participación en la economía, la política y la sociedad.

Para lograr un desarrollo sostenible y la construcción de la paz en Colombia, es necesario impulsar acciones que permitan a las mujeres rurales acceder a la educación y participar en igualdad de condiciones en todos los aspectos de la vida. Las políticas públicas con un enfoque diferencial son fundamentales para garantizar la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres rurales.

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