Comandante de las Fuerzas Militares reconoce que la institución pasa por momentos difíciles

Tiempos complejos enfrentan las Fuerzas Militares, según palabras del comandante general Helder Giraldo, ante situaciones de tensión en Antioquia y Guaviare. 

Recientemente, comunidades de Briceño, Antioquia, y San José, Guaviare, obligaron a la retirada del Ejército, situaciones que, en algunos contextos, resultan de la presión ejercida por grupos armados.

El general Giraldo insta a los comandantes a documentar y reportar estos incidentes a las autoridades. La necesidad de una acción legal coordinada es primordial para abordar las intervenciones de grupos al margen de la ley. Cada informe debe ser detallado, señalando actos de obstrucción al mandato constitucional, violencia contra servidores públicos y disturbios del orden público.

La respuesta del Ejército, enfatiza Giraldo, debe ser justificada y alineada con la Constitución y las leyes del país. El propósito es no solo reaccionar ante amenazas, sino también anticiparse a ellas. El artículo 217 de la Constitución Política respalda este compromiso de defender el orden constitucional.

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La importancia de la colaboración interinstitucional es clara. El comandante solicita a las instancias competentes la convocatoria de consejos de seguridad extraordinarios. También enfatiza la necesidad de informar a la Fiscalía General de la Nación, la Procuraduría General de la Nación, la Personería, la Defensoría del Pueblo y otras autoridades sobre situaciones que comprometan el orden constitucional.

Recientes eventos en Briceño, Antioquia, ilustran estos desafíos. El 21 de octubre, mientras las tropas se desplazaban para asegurar los comicios electorales, más de 150 personas interceptaron a los militares, amenazándolos y hurtando pertenencias personales. La presencia del Frente 36 de las disidencias de las FARC, conocidos por presionar a la comunidad, exacerbó la situación.

Un incidente similar ocurrió en San José del Guaviare, donde la comunidad exigió la retirada de unidades militares. La tensión resultó en agresiones verbales y físicas hacia el personal uniformado. Estos actos, según el Ejército, obstruyen la misión constitucional en la víspera de los comicios regionales.

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