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Texto traducido al español del reportaje de The Economist sobre escándalos del presidente Gustavo Petro

El diario británico hizo una radiografía sobre los hechos relevantes que han afectado al primer mandatario. Visión externa del gobierno.

gustavo petro 13 dic
Por Agencia Periodismo Investigativo | Vie, 26/01/2024 - 08:22 Créditos: Cuenta X @infopresidencia

“Mochilas llenas de dinero en efectivo, condominios en el Caribe y 1.1 mil millones de pesos sin explicación ($281,000): estos suenan como detalles de una novela de John le Carré, no como material para documentos judiciales. 

A pesar de esto, los tres aparecen como pruebas en un caso penal contra Nicolás Petro, hijo de Gustavo Petro, el primer presidente abiertamente de izquierda de Colombia. 

El 11 de enero, fiscales colombianos acusaron al Sr. Petro Jr. de enriquecimiento ilícito y lavado de dinero. El tribunal rechazó la solicitud de su abogado de desechar el caso y fijó una fecha de juicio para finales de abril.

La situación de su hijo es parte de una constelación de escándalos que afectan a Petro, quien, casi 18 meses en el cargo, enfrenta una batalla cuesta arriba para ganar apoyo a su ambicioso programa de reformas. En cuanto a los colombianos, el optimismo sobre el "gobierno de esperanza" de su líder se desvanece.

El caso contra su hijo es el siguiente: según los fiscales, el Sr. Petro Jr., un ex diputado regional, aceptó sobornos de figuras notorias, incluido un ex narcotraficante y el hijo de un empresario supuestamente vinculado a grupos paramilitares, a cambio de favores políticos. 

La cuestión central es si el dinero sucio ayudó a propulsar a su padre al poder en 2022. Petro Jr. admitió que aceptó los fondos, pero afirma que los guardó para sí mismo. El Sr. Petro mayor ha negado repetidamente tener conocimiento, lo cual su hijo corrobora. El juicio probablemente se prolongará.

Todo esto ha desencadenado una investigación sobre las finanzas de la campaña gubernamental, involucrando al hermano de Petro y a Ricardo Roa, su exjefe de campaña. 

Ambos niegan cualquier impropiedad. Mientras tanto, Laura Sarabia, exjefa de gabinete del presidente, compareció ante fiscales la semana pasada en un caso extravagante propio de una telenovela. 

Involucra un detector de mentiras, la supuesta intervención telefónica de una niñera y otra bolsa de dinero. Sarabia también sostiene su inocencia. Además, el Congreso inició un proceso de destitución contra Petro en diciembre, al que su hijo fue llamado a testificar. La Corte Suprema también quiere escucharlo en otro caso sobre enriquecimiento ilícito.

Los escándalos proyectan una "sombra inminente" sobre el resto del mandato de Petro, según Sergio Guzmán de Colombia Risk Analysis, una consultora en Bogotá. 

La aprobación de Petro alcanzó el 33% en diciembre, según datos agregados de encuestas de la consultora. Ahora carece del poder político necesario para impulsar reformas, que incluyen expandir el papel del Estado en la salud, las pensiones y la educación.

Lo que suceda a continuación depende de la evidencia que la fiscalía presente en el juicio de su hijo. También es crucial quién reemplace al saliente fiscal general, Francisco Barbosa, cuyo mandato termina el próximo mes. 

Petro ha presentado una lista corta de tres mujeres respetadas al Tribunal Supremo. El designado supervisará el caso contra Petro Jr., así como otros. El escrutinio legal puede haber llevado al presidente a ofrecer una lista de nominadas lo suficientemente pura como para eliminar cualquier sospecha de amañar la corte a su favor.

Sin embargo, los problemas de Petro no se comparan con los de expresidentes anteriores. Los fiscales siguen persiguiendo al expresidente Álvaro Uribe por presuntos vínculos con grupos paramilitares y obstrucción a testigos. 

Él mantiene su inocencia. Mientras la mayor parte del mundo siga criminalizando la cocaína, la política de países productores como Colombia seguirá siendo turbia.

Aun así, la saga socava la credibilidad de un líder que en el pasado ha criticado vehementemente los lazos entre políticos y el crimen organizado. Los colombianos lo eligieron para poner fin a los tratos sucios de la élite política del país. 

Un rastro de dinero narco en su campaña, probado o no, parece estar en desacuerdo con ese objetivo y debilita al presidente. A menos que Petro revierta la situación, su coalición "Pacto Histórico" quedará relegada a la historia.

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