SAE suspende subasta de joyas de Aída Merlano: Razones y futuras oportunidades

En las últimas horas se reveló que la Sociedad de Activos Especiales (SAE) decidió suspender la subasta programada de las joyas de la exsenadora Aída Merlano, quien fue condenada por delitos electorales, concierto para delinquir y posesión ilegal de armas.

La SAE compartió que la razón principal para detener esta subasta fue la necesidad de llevar a cabo avalúos renovados de los artículos incautados para determinar un precio más competitivo para los posibles compradores. 

Además, se señaló que se está en el proceso de establecer una lista de proveedores que proporcionen avalúos actualizados para otras joyas que aún no se han mostrado, de acuerdo con los parámetros legales establecidos.

Los artículos que estaban destinados para la subasta se relacionan con los objetos incautados en el momento de la detención de Merlano. Entre los objetos destacan tres anillos, una cadena y tres dijes. 

Para quienes deseen participar en futuras subastas, la SAE ha establecido un proceso de ofertas virtuales, seguido de un depósito correspondiente. Una vez realizado, la SAE será informada de la oferta más competitiva que determinará quién adquiere el artículo.

El sistema de ofertas virtuales se implementará para la preadjudicación. Sin embargo, la presentación de una oferta no garantiza su aceptación. Ni el Banco Popular - Martillo - ni la SAE se comprometerán a compensar en caso de inconvenientes, y se retienen el derecho de explicar cualquier decisión tomada por la SAE.

Contexto: Fuga de Aída Merlano

Es relevante recordar que la exsenadora Merlano escapó el 9 de octubre de 2019 mientras se encontraba en un consultorio odontológico. Utilizó una soga para descender y posteriormente huir en una motocicleta. Estaba bajo custodia en la cárcel El Buen Pastor, situada en Bogotá.

Los hermanos Juhass Pineda Matallana y Jelissa Kerly Pineda Matallana se cree que asistieron en la fuga. Sin embargo, la imputación de cargos fue considerada ilegal ya que no se presentaron pruebas suficientes. Se argumentó que los hermanos no eran servidores públicos ni custodios, y no se demostró un pacto delictivo con tales individuos.

A pesar de todo, los hermanos enfrentaron cargos por favorecer la fuga. Juhass Pineda fue identificado como el conductor de la motocicleta, mientras que Jelissa Kerly Pineda estuvo involucrada al ayudar con la soga. Después de las acusaciones, ambos hermanos admitieron su rol en la huida, resultando en medidas de detención domiciliaria.

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