El pulso de los clanes políticos: la lucha por perpetuar el poder regional

El 29 de octubre de 2023 se elegirán un total de 32 gobernadores, 1.102 alcaldes, 12.072 concejales, 418 diputados y 6.513 ediles. En un informe de 44 páginas la Fundación Paz y Reconciliación, Pares, presentó un análisis de los grupos de poder y las nuevas figuras emergentes en el escenario político del país. El informe pone de relieve cambios notables en el paisaje político colombiano.

Pares describe un clan como una forma de "autoritarismo subnacional", un término que hace referencia a la autoridad ejercida por un grupo en un área específica. En ocasiones, este control puede involucrar la creación de alianzas con estructuras armadas ilegales, la participación en actos de corrupción, e incluso la colaboración con mafias. El objetivo final es siempre el mismo: mantener el poder.

El informe señala la caída de ciertos grupos de poder, que han ido perdiendo influencia debido a las investigaciones y condenas impuestas a sus líderes y miembros. 

Algunos de estos clanes destacados son los Suárez Mira en Antioquia, Acosta en Arauca, Ashton-Fortich y Gerlein en Atlántico, García Zuccardi en Bolívar, Ciro Ramírez en Boyacá, Jattinismo y Lyons-Chaguí en Córdoba, La Gran Alianza en La Guajira, Hernán Andrade en Huila, los Cotes en Magdalena, Aguilar y Tavera en Santander, y García Romero y Guerra Tulena en Sucre.

Mientras algunos clanes políticos han visto cómo su influencia menguaba, nuevos actores han emergido en escena. Destacan aquellos vinculados al Pacto Histórico, la alianza política que se llevó el triunfo en los comicios de 2022. 

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Su poder, además de ser regional, se ha reforzado por alianzas con sectores alternativos. Por ejemplo, se mencionan grupos como el del senador Carlos Andrés Trujillo en Antioquia, Torres Villalba en Atlántico, y los Calle en Córdoba.

Pares señala en su informe que la emergencia de estos nuevos clanes se debe a la falta de una estructura sólida en los partidos del Pacto Histórico a nivel regional. Los clanes, para sobrevivir políticamente, han tenido que reconstruir su poder a través de alianzas con movimientos alternativos.

Sin embargo, no todo está perdido para algunos clanes que buscan mantener su hegemonía. Según el informe de Pares, hay regiones del país donde las probabilidades de permanencia en el poder son altas, lo cual “genera altos riesgos para la democracia en Colombia". 

Los departamentos de Atlántico, Bolívar, Cesar, Cundinamarca, La Guajira, Norte de Santander, Tolima y Valle del Cauca son algunos de estos territorios, en los que se encuentran fuerzas políticas como los Char, los Blel, los Gnecco, los Rey, la Nueva Fuerza Guajira, los Villamizar, los Barreto y el grupo de Dilian Francisca Toro.

Además se identificaron diversas casas políticas que están buscando recuperar su influencia en las próximas elecciones, luego de haber perdido protagonismo en los comicios anteriores. Entre estos grupos se encuentran los Merheg en Risaralda, los Pacheco en Caquetá, los Sánchez Montes de Oca en Chocó, los Acuña en Sincelejo (Sucre) y Luis Pérez Gutiérrez en Medellín.

De acuerdo con los datos proporcionados por una fundación, de un total de 294 precandidaturas incluidas en este informe, 88 están bajo cuestionamiento. De estas, 53 aspiran a obtener el respaldo de partidos políticos tradicionales como el Liberal, Conservador, Cambio Radical y la U.

En el análisis realizado se identificaron seis tipos de cuestionamientos que afectan a los precandidatos. Estos incluyen investigaciones judiciales, disciplinarias o fiscales en su contra, vínculos con presuntos actos de corrupción, antecedentes relacionados con la parapolítica, pertenencia a clanes políticos, conexión con el escándalo de Odebrecht y posibles lazos con grupos armados y/o actividades económicas ilegales.

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