Muere el líder opositor ruso Alexei Navalni en la cárcel

El líder opositor ruso Alexei Navalni murió este viernes en la cárcel donde estaba recluido, según informó el servicio penitenciario de la región de Yamalo-Nenets, en el norte de Rusia. Navalny, de 48 años, era el principal crítico del presidente Vladimir Putin y había sido condenado a 19 años de prisión por cargos que se consideran políticos.

Según el comunicado publicado en su página web, el servicio penitenciario dijo que Navalni "se sintió mal" después de un paseo el viernes, y "casi de inmediato perdió el conocimiento". Añadió que se llamó al personal médico, pero que no pudieron reanimar a Navalni Dijo que la causa de la muerte se estaba estableciendo.

Navalni había sido trasladado al penal de la región de Yamalo-Nenets en enero, después de que un tribunal de Moscú le impusiera una pena adicional de 10 años por fundar y financiar una organización extremista, lo que él negaba. Ya había sido condenado a nueve años por violaciones de la libertad condicional, fraude y desacato al tribunal.

Era el líder de la oposición extraparlamentaria en Rusia y había denunciado la corrupción, el autoritarismo y la represión del gobierno de Putin. En agosto de 2020, sufrió un envenenamiento con un agente nervioso del tipo Novichok, del que responsabilizó al Kremlin, que lo negó. Tras recuperarse en Alemania, regresó a Rusia, donde fue detenido y encarcelado.

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La muerte de Navalni ha causado una gran conmoción y consternación en Rusia y en el mundo. Miles de personas salieron a las calles de varias ciudades rusas para protestar por el asesinato del opositor y exigir el fin de la dictadura de Putin. La policía reprimió las manifestaciones con violencia y detuvo a cientos de personas.

Varios líderes y organizaciones internacionales expresaron su pesar y su condena por la muerte de Navalni y pidieron una investigación independiente y transparente sobre las circunstancias de su fallecimiento. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó la muerte de Navalni de "trágica" y "atroz" y dijo que era un "crimen contra la humanidad". La canciller de Alemania, Angela Merkel, dijo que la muerte de Navalni era un "golpe a la democracia" y un "acto de barbarie". El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo que la muerte de Navalni era una "pérdida irreparable" y un "atentado a los derechos humanos".

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