Emiratos Árabes Unidos permitirán a activistas medioambientales ir a la COP28 de la ONU

En una decisión sin precedentes, los Emiratos Árabes Unidos (EAU), la nación del Golfo rica en petróleo, anunciaron que permitirán a los activistas medioambientales reunirse y "hacer oír su voz" en las conversaciones climáticas de la ONU de este año, que se llevarán a cabo de noviembre a diciembre en Dubái. El anuncio se realizó este martes en una declaración conjunta con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).

Esta elección ha generado una combinación de esperanza y escepticismo, y ha arrojado una luz sobre las políticas del país en cuestión de derechos humanos y su papel en la producción global de petróleo.

A diferencia de la mayoría de los países, en los EAU se requiere permiso oficial para las manifestaciones. Sin embargo, esta nueva promesa, acorde con las pautas de la CMNUCC, busca permitir reuniones pacíficas en las conversaciones climáticas, siempre y cuando cumplan con las normas internacionales de derechos humanos.

A pesar de ello, la prohibición de las protestas consideradas perturbadoras por las autoridades del país, ha llevado a varios grupos a cuestionar la autenticidad del compromiso.

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La elección de los EAU como anfitrión de la COP28 ha sido objeto de críticas, particularmente debido a su condición de importante productor de petróleo y uno de los mayores emisores de CO2 per cápita del mundo. 

Los activistas han advertido que la presencia de un exportador de petróleo podría retrasar la lucha contra el calentamiento global.

La designación de Sultan Al-Jaber, director ejecutivo de Abu Dhabi National Oil Co, como presidente de la COP28, también ha provocado críticas, acusándolo de un posible conflicto de intereses y de no abordar adecuadamente la eliminación gradual de los combustibles fósiles.

Organizaciones como Human Rights Watch han expresado su preocupación por las restricciones del estado del Golfo a la libertad de expresión, temiendo que puedan limitar la participación significativa de los activistas climáticos. En mayo, una coalición de grupos de derechos humanos planteó dudas sobre la elección de los EAU como sede.

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Las grandes protestas han sido comunes en la mayoría de las COP anteriores, con mítines limitados incluso en Egipto, donde las manifestaciones son regularmente reprimidas.

La COP28 en los Emiratos Árabes Unidos representa un punto crítico en la conversación global sobre el cambio climático. La promesa de permitir protestas pacíficas en la nación del Golfo marca un cambio potencialmente significativo, pero las preocupaciones persistentes sobre la transparencia, la libertad de expresión y el compromiso con la acción climática real sugieren que el camino hacia la conferencia será objeto de escrutinio y debate continuo. 

La comunidad internacional estará observando de cerca cómo los EAU cumplen con su compromiso en este escenario global clave.

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