Egipto estrena su Nueva Capital Administrativa

El presidente Abdel Fatah al-Sisi juró en el Parlamento para comenzar su tercer mandato, marcando el inicio de un nuevo capítulo tanto para su liderazgo como para Egipto, el país árabe más poblado. La ceremonia tuvo lugar en la recién inaugurada Nueva Capital Administrativa, simbolizando un ambicioso proyecto de Al-Sisi para descongestionar El Cairo, actualmente hogar de 22 millones de personas, trasladando las principales instituciones del Estado a esta nueva ubicación.

El proyecto de la Nueva Capital Administrativa, construido en una zona desértica al este de El Cairo, incluye un palacio presidencial y un nuevo edificio para el Parlamento, con una inversión de 58 mil millones de dólares. Se espera que esta megaciudad no solo albergue a las instituciones estatales sino que también atraiga a una creciente población, en línea con los esfuerzos de Al-Sisi por impulsar el desarrollo económico y aliviar la congestión en la capital actual.

Durante su discurso en el nuevo Parlamento, Al-Sisi reflexionó sobre los desafíos recientes de Egipto, incluidos intentos terroristas y crisis globales, reiterando su compromiso con la construcción nacional. "Los últimos años han demostrado que el camino de la construcción de una nación no está pavimentado de rosas", enfatizó, prometiendo continuar el desarrollo y aumentar el gasto en programas para los pobres con ayuda del sector privado. Este enfoque ha sido crucial para asegurar un reciente acuerdo de 8 mil millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional.

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Desde que asumió el poder en 2014, Al-Sisi ha liderado un derroche de infraestructura que incluye, además de la nueva capital, la expansión del Canal de Suez y la construcción de nuevas rutas y ciudades. Sin embargo, estos proyectos han sido criticados por contribuir a los problemas económicos del país, desviando recursos de necesidades más apremiantes y aumentando la deuda nacional.

Con una década en el poder, el exmariscal de 69 años se enfrenta a críticas por su manejo de los derechos humanos, con acusaciones de detenciones masivas de opositores políticos. Sin embargo, su victoria en las elecciones presidenciales de diciembre con el 89.6% de los votos subraya un fuerte apoyo interno, pese a los desafíos económicos que enfrenta el país, incluida una inflación del 40% en 2023, escasez de divisas y la devaluación de la libra egipcia.

Este nuevo mandato, que se extenderá hasta 2030 gracias a enmiendas constitucionales, podría ser el último para Al-Sisi según la Constitución actual. A medida que Egipto, un aliado clave de Occidente en el Medio Oriente, avanza bajo su liderazgo, el mundo observa de cerca cómo estos desarrollos influirán en el futuro del país y de su gente.

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