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Crisis humanitaria en Gaza: Población desesperada por falta de agua

Escasez del líquido genera otro drama en el conflicto Israel Hamás.

GAZA 4 DE NOVIEMBRE
Por Agencia Periodismo Investigativo | Sáb, 04/11/2023 - 13:33 Créditos: AP

En medio de la devastación que azota la Franja de Gaza, la población palestina se enfrenta a una lucha diaria por la supervivencia. La harina proporcionada por las Naciones Unidas, destinada a producir dos piezas de pan árabe al día, se ha convertido en un símbolo de esperanza en una región asolada por la destrucción y la desesperación.

El director de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos en Gaza, Thomas White, quien ha recorrido exhaustivamente el territorio en las últimas semanas, describe este enclave como un "escenario de muerte y destrucción". La población vive con el constante temor por su vida, su futuro y su capacidad para proporcionar alimentos a sus seres queridos.

La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) opera un total de 89 panaderías en la región, con el objetivo de distribuir pan a 1,7 millones de personas. Sin embargo, la situación se ha vuelto aún más desesperada, ya que ahora la población clama por algo más fundamental que el pan: el agua.

Lynn Hastings, coordinadora adjunta de la ONU para Oriente Medio y coordinadora humanitaria para los territorios palestinos, revela que solo una de las tres líneas de suministro de agua desde Israel está operativa. Esto ha llevado a que muchas personas dependan de fuentes de agua subterránea salobre o salina, cuando tienen acceso a ella.

El jefe de asuntos humanitarios de la ONU, Martin Griffiths, subraya la urgencia de las negociaciones en curso entre Israel, Egipto, Estados Unidos y la ONU para permitir la entrada de combustible al enclave. El combustible es esencial para el funcionamiento de instituciones, hospitales y la distribución de agua y electricidad.

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Además, los generadores de reserva, vitales para mantener hospitales, plantas desalinizadoras de agua y otros servicios esenciales, están apagándose gradualmente debido a la escasez de combustible. Las aguas residuales tampoco se están tratando, lo que representa una grave amenaza para la salud pública.

El gas para cocinar, que solían proporcionar empresas privadas desde Egipto, también se ha vuelto cada vez más escaso, lo que agrava aún más la crisis humanitaria en Gaza.

La población refugiada en los centros de la UNRWA, en su mayoría escuelas, se encuentra en condiciones desesperadas. Miles de desplazados carecen de recursos para mantener un saneamiento adecuado, con mujeres y niños durmiendo en aulas y los hombres a la intemperie. 

La ONU no puede garantizar su seguridad, ya que más de 50 instalaciones de la agencia se han visto afectadas por el conflicto, y la cifra de víctimas en estos refugios sigue aumentando.

El conflicto ha cobrado un alto precio en vidas humanas, con 72 miembros del personal de la UNRWA perdiendo la vida desde el 7 de octubre. Se teme que esta cifra continúe aumentando en medio de los combates en curso.

El Ministerio de Salud gazatí ha informado de un número alarmante de víctimas, superando las 9,000 personas, lo que representa un aumento dramático en comparación con el conflicto de 2014 entre Israel y Hamás. Sin embargo, la cifra real solo se conocerá cuando se retiren los escombros y se evalúen completamente los daños.

En este contexto crítico, Martin Griffiths hace un llamado urgente a pausas humanitarias en los bombardeos para permitir la llegada de ayuda a millones de personas, la liberación de rehenes y la protección de la población civil, conforme al derecho humanitario internacional. 

Gaza enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes, y la comunidad internacional debe responder con celeridad y solidaridad para aliviar el sufrimiento de su población.
 

 

 

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