Carlos III es coronado rey de Gran Bretaña en una ceremonia histórica en la Abadía de Westminster

Este sábado en la mañana del Reino Unido, madrugada de Colombia, Carlos III fue coronado rey de Gran Bretaña en la Abadía de Westminster, en Londres, en una ceremonia que mezcló la antigua tradición con algunos toques modernos. 

Charles, de 74 años, se convierte en el primer monarca británico en 70 años. La última coronación en Gran Bretaña fue la de la Reina Isabel II, en 1953, según detalló The New York Times.

El nuevo monarca británico fue ungido con aceite sagrado, simbolizando la naturaleza sagrada de su gobierno. Además, llevó un manto imperial y el arzobispo de Canterbury colocó la antigua corona de St. Edward sobre su cabeza. 

Carlos III pronunció sus primeros comentarios de la ceremonia, estableciendo el tema de la misma: "No vengo a ser servido, sino a servir".

Tras la ceremonia, el rey y su esposa, la recién coronada reina Camilla, regresaron al Palacio de Buckingham en una diligencia dorada utilizada por la Reina Isabel II para su procesión de coronación.

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Procesión del Rey Carlos

A pesar de la lluvia, decenas de miles de personas se congregaron en el centro de Londres para ver al nuevo monarca británico y a su esposa en su camino desde el Palacio de Buckingham hasta la Abadía de Westminster, escoltados por cuatro divisiones del regimiento de Caballería montada en la Casa.

La procesión después de la coronación fue impresionante, incluso para los estándares británicos. Participaron 19 bandas militares y 4.000 soldados, que se extendieron a lo largo de una milla desde las puertas del palacio. El rey y su familia observaron desde el balcón mientras más de 60 aviones - aviones de combate, helicópteros y Spitfires vintage de la Segunda Guerra Mundial - rugían por encima de una exhibición que es, por costumbre, el gran final de una celebración real.

Hacia las  7:07 a.m. inicia el desfile de coronación, recorrido hasta el palacio de Buckingham.

Durante el servicio, Carlos III juró defender a la Iglesia de Inglaterra, aunque el arzobispo de Canterbury, el Reverendo Justin Welby, lo alentó a "fomentar un entorno en el que las personas de todas las religiones y creencias puedan vivir libremente". Es una de las varias modificaciones de la liturgia, ya que la iglesia y el Palacio de Buckingham han tratado de adaptar un servicio de 1.000 años de antigüedad al mundo ecuménico de hoy.

La ceremonia contó con la presencia de alrededor de 2.300 personas, entre ellas líderes mundiales, caras nuevas, viejos linajes e iconos de la música pop. Todos ellos fueron testigos de los esfuerzos de Carlos III por abrazar una Gran Bretaña moderna y multicultural, pero también de la identidad dinástica de la monarquía.

El príncipe Harry asistió solo a la coronación de su padre, después de años de tensiones familiares. Por su parte, Meghan, la duquesa de Sussex, se quedó en casa en California con los hijos de la pareja, el príncipe Archie, que cumple 4 años el sábado, y la princesa Lilibet, de un año.

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