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Médico a detención domiciliaria por agresión contra dos mujeres
El profesional es el presunto responsable por violencia intrafamiliar y acceso carnal violento. Habría agredido a su colega María Paula Pizarro y a la anestesióloga Érika Plata.
La decisión de segunda instancia del Juzgado Quinto Penal del Circuito de Conocimiento de Bucaramanga decidió medida de aseguramiento domiciliaria contra el médico Antonio Figueredo mientras se inicia el juicio para establecer su responsabilidad penal.
El médico es señalado de violencia intrafamiliar y acceso carnal violento luego de conocer su presunta responsabilidad en las agresiones ocasionadas contra su colega y, en ese entonces pareja sentimental, María Paula Pizarro de 27 años. La agresión habría ocurrido el pasado 12 de noviembre de 2021 contra la trabajadora de la Fundación Cardiovascular en Floridablanca.
La víctima evidenció por medio de fotografías, las heridas en su cara, mentón y dientes. Ante los hechos, el abogado de la víctima, Jaime Lombana, señaló que ahora en el proceso se iniciará la etapa de juicio. Manifestó:
Empezaremos con el descubrimiento probatorio y se iniciará el juicio para establecer la responsabilidad penal o no del médico Figueredo. La fecha de la primera diligencia aún no ha sido establecida
Lombana señaló que, “el juez de segunda instancia valoró el testimonio de otras víctimas. Esos relatos demuestran un comportamiento secuencial de parte de este médico en contra de las mujeres que han convivido con él”.
Y es que la médico no ha sido la primera víctima de Figueredo, pues la anestesióloga Érika Plata también evidenció haber sido violentada por el cirujano entre 2012 y 2013. Ambas mujeres estaban saliendo con el hombre en el momento de las agresiones.
Ante las denuncias, el médico cirujano fue apartado de su cargo en la Fundación Cardiovascular de Colombia, en Bucaramanga, mientras que Plata manifestó:
En una ocasión me golpeó desde las 9:00 p.m. hasta las 3:00 a.m. Me mantuvo en el piso, cada vez que me intentaba mover él me golpeaba en la cabeza, en la mandíbula y en el cuello. Me mordía, me rasguñaba y en un momento trató de accederme sexualmente. Traté de pedir ayuda, grité, golpeé las paredes pero no obtuve respuesta de ningún tipo
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