Esto dice la familia de los niños perdidos en el Río Bravo cuando intentaban cruzar a EE. UU.

La historia de Yini Paola Galán Erazo, una madre santandereana en busca del sueño americano, se tiñe de desesperación con la desaparición de sus dos hijos, de cuatro y seis años, mientras cruzaba el río Bravo en la frontera entre México y Estados Unidos.

La travesía de Yini Paola Galán Erazo y sus hijos

Yini Paola, de 23 años, trabajaba en un restaurante en Ciudadela Nuevo Girón, Santander, cuando la necesidad económica y la búsqueda de un futuro mejor la llevaron a tomar la difícil decisión de emigrar a Estados Unidos hace seis meses. Con un salario de $20 mil diarios y comida para sus hijos, decidió partir hacia otro rumbo. Con el registro civil de los pequeños, $130  y una mochila con ropa, emprendió la travesía en busca de un mejor futuro.

Durante meses, la familia vivió en albergues en México que ofrecían alojamiento y servicios básicos. Sin embargo, la determinación de Yini Paola la llevó a cruzar el río Bravo para llegar a Texas, un paso que resultaría en la tragedia que ahora vive.

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Desaparición de los niños

El 11 de noviembre, mientras cruzaban el río, un incidente desgarrador separó a Yini Paola de sus hijos. Una persona que iba detrás se apoyó en ella porque se estaba ahogando, provocando que la mujer perdiera de vista a los pequeños. Aunque la guardia costera encontró a una menor fallecida, se descartó que fuera uno de los hijos.

"Un muchacho que iba detrás de ella se estaba ahogando, se agarró de mi hermana, pierde el equilibrio y se le soltaron los niños. Ese muchacho está desaparecido y los niños también. Está desesperada, está en un albergue en Nueva York",dijo la hermana de Yini Paola, según lo informado por El Tiempo.

¿Qué dice la familia de los niños?

Sus familiares en Santander claman a las autoridades de Estados Unidos y México para que agoten todas las instancias en la búsqueda de los niños.

La incertidumbre se agrava debido a llamadas que han recibido solicitando dinero sin proporcionar información sobre el estado de los niños. La familia enfrenta la agonía de no saber si los pequeños están vivos, muertos o si son víctimas de algún delito.

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