Cantante Yeison Jiménez denuncia ‘conejo’ de la SAE en compra de dos bienes por $1.200 millones

Yeison Jiménez denunció que no le respondían por las propiedades que había comprado a la Sociedad de Activos Especiales, SAE, en un nuevo episodio de despecho. El reconocido cantante de música popular vivió un verdadero "chicharrón" al negociar con esta entidad, considerando que ha sido el peor negocio de su vida.

El artista, conocido por sus diversos emprendimientos, incluyendo su empresa constructora Promotora de Inversiones Yeiluz, decidió buscar una entidad confiable para adquirir propiedades después de haber sido estafado en ocasiones anteriores. Dado que su faceta de empresario comenzó en el sector inmobiliario, confió en la SAE por ser una entidad del Estado que le brindaba seguridad.

No obstante, Jiménez aseguró que la SAE se mostró "descarada" en esta ocasión. Según su versión, la entidad ha dejado enredado al cantante con dos inmuebles que superan los 1.600 millones de pesos.

La historia se desarrolló de la siguiente manera: tras enterarse de las múltiples ofertas de la SAE, Jiménez decidió participar en la subasta de un apartamento ubicado en el sector Salitre, en el occidente de Bogotá, y una bodega cercana al mismo sector de la capital. Su equipo legal se encargó de garantizar que el proceso se realizara directamente con la entidad del Estado y lograron ganar la subasta.

Por la bodega, Jiménez pagó cerca de 1.208 millones de pesos, y por el apartamento, más de 486 millones de pesos. Los abogados confirmaron que los pagos se realizaron directamente a las cuentas bancarias de la SAE, ya que se exigían dos cuotas por adelantado.

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El cantante recordó en una entrevista con Semana que, al principio, la entidad mostraba una actitud muy positiva: "Al iniciar el negocio, me llamaban todos los días, eran muy amables para verificar las consignaciones". 

Sin embargo, después de realizar los pagos y obtener un préstamo de 1.000 millones de pesos en un banco, la SAE prometió que, tras el desembolso y con el contrato de compraventa en sus manos, las escrituras se realizarían en un plazo máximo de tres meses.

Jiménez afirmó que después de haber pagado, pasaron ocho días sin que nadie de la entidad se comunicara con él. Transcurrieron 15 días, un mes y finalmente tres meses, pero la situación seguía igual. Fue en ese momento cuando comenzó a vivir lo que él llamó un verdadero "chicharrón".

En cuanto a la compra de las propiedades, la bodega resultó inaccesible para Jiménez, mientras que en el caso del apartamento, se le realizó una entrega anticipada sin la firma de las escrituras. En realidad, dicho inmueble aún no le pertenece.

Además, Jiménez comentó que, dado que su verdadero negocio es la compra y venta de inmuebles, apenas recibió el apartamento, lo vendió, aclarando que tenía la promesa de compraventa por parte de una entidad estatal. Sin embargo, el problema es que la fecha límite está a punto de caducar, lo que significa que el comprador podría aplicar la cláusula penal.

Al respecto de los dos negocios fallidos aún no se pronuncia la Sociedad de Activos Especiales, SAE.
 

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