Las mil y una batallas de Alberto Gamero, técnico campeón con Millonarios

Alberto Miguel Gamero Morillo nació el 3 de febrero de 1964 en el barrio Bastidas de Santa Marta, Colombia. Es conocido en el mundo del fútbol por su nombre y, cariñosamente, por el apodo de "Tito". 

Este exfutbolista y actual entrenador ha tenido una larga y distinguida carrera en el fútbol colombiano, cuyo culmen actual es su cargo como director técnico del Millonarios FC, un prominente equipo de la Categoría Primera A colombiana.

Gamero dio sus primeros pasos en el fútbol en su tierra natal, Magdalena. Con la tutoría de Eduardo Julián Retat, empezó a jugar en la Selección de fútbol de Magdalena. Su habilidad en el campo pronto le granjeó reconocimiento y, en 1980, formó parte del equipo que ganó el campeonato Difutbol. Durante este tiempo, tuvo el privilegio de compartir el campo con futuras luminarias del fútbol como Julio Charales y Carlos "Pibe" Valderrama.

La carrera profesional de Gamero despegó en 1982, cuando debutó con el Unión Magdalena, gracias al entrenador argentino Pepe Sasia. Durante su tiempo con "el ciclón bananero", su rendimiento sobresaliente en el campo y la constante presencia en los partidos le valieron un lugar destacado en la historia del equipo. 

Bajo la dirección de entrenadores como Hermenegildo Segrera y Perfecto Rodríguez, Gamero se consolidó como una figura principal en el equipo, llegando a ser el segundo futbolista con más partidos disputados.

Su habilidad y dedicación llamaron la atención del Millonarios FC y, por petición del entrenador Chiqui García, Gamero se trasladó a Bogotá. Durante su estancia de cuatro años con el "embajador", Gamero dejó su marca, anotando dos goles en 111 partidos y ayudando al equipo a ganar la estrella 13. Durante su tiempo con Millonarios, compartió vestuario con algunos de los mejores jugadores de la época, como Sergio Goycochea, Arnoldo Iguarán, Gambeta Estrada y Rubén Darío Hernández.

Después de su paso por Millonarios, la carrera de Gamero continuó en varios otros equipos colombianos, incluyendo el Independiente Medellín y el Envigado Fútbol Club. Finalmente, se retiró como jugador profesional después de una temporada con el ahora desaparecido Unicosta, poniendo fin a 17 años de destacada actividad en el campo.

Luego de su carrera como jugador, Gamero se retiró en 1999 tras un corto paso por Deportivo Unicosta y Unión Magdalena. Fue en este último donde se vio obligado a retirarse al ser descartado por el entrenador Nano Prince. 

Sin embargo, este revés no detuvo a Gamero. Siguiendo su pasión por el fútbol, decidió abrir una escuela de formación en Santa Marta, su ciudad natal, donde comenzó a enseñar a la próxima generación de jugadores.

Su carrera profesional como entrenador comenzó en 2001 cuando fue contactado por Eduardo Pimentel para unirse al Boyacá Chicó como preparador físico. Durante su tiempo allí, ayudó al equipo a ascender a la primera división. 

En 2003, asumió el cargo de entrenador principal del modesto equipo Chía Fair Play, propiedad del argentino Silvano Espíndola. Durante su mandato, Gamero fue responsable de hacer debutar a jugadores de renombre como Stalin Motta. En 2004, tuvo una breve estadía como entrenador del Bogotá Fútbol Club, pero tras una mala campaña, regresó a Boyacá Chicó como asistente técnico.

Su gran oportunidad llegó en 2006, cuando Gamero asumió el cargo de entrenador en propiedad de Boyacá Chicó. Lideró al equipo a la victoria en el Torneo Apertura 2008, entregando la primera estrella al conjunto ajedrezado. A pesar de un contratiempo en 2011 cuando el equipo no llegó a los octavos de final debido a un polémico penalti, Gamero continuó al mando del equipo y llegó a la final de la Copa Colombia 2011, aunque cayó ante Millonarios.

Después de siete años con Boyacá Chicó, Gamero se trasladó a dirigir Águilas Doradas en 2013. Aunque solo estuvo un semestre, logró marcar una diferencia antes de trasladarse al Deportes Tolima, donde ganó una Copa Colombia. El próximo reto de Gamero fue el Junior de Barranquilla en 2016. A pesar de su dedicación y esfuerzo, fue despedido en marzo de 2017 debido a los malos resultados del equipo.

En un giro irónico del destino, Gamero regresó a Deportes Tolima en la temporada final de 2017 y llevó al equipo a la victoria en el Torneo Apertura 2018. Sin embargo, Gamero se despidió del equipo en diciembre de 2019, cerrando su segundo ciclo con el Pijao. Luego, en una sorprendente noticia, Gamero fue anunciado como el nuevo entrenador de Millonarios FC en diciembre de 2019.

Alberto Gamero asumió el puesto de entrenador de Millonarios FC a finales del 2019, con la temporada 2020 planteando su primer reto serio. Empezó la temporada compitiendo en el Torneo ESPN 2020, en el que terminó como subcampeón, y obtuvo una victoria en la Noche Blanquiazul contra Alianza Lima. 

Sin embargo, su debut oficial en la liga terminó en una derrota contra Deportivo Pasto. Hasta el parón por la pandemia de COVID-19, Millonarios registraba una victoria, tres empates y tres derrotas, situándose en los últimos puestos de la tabla. 

Posteriormente, el equipo mostró una notable mejora en sus resultados, perdiendo sólo uno de sus partidos y empatando cinco. A pesar de este repunte, el equipo no logró clasificar para los play-offs, aunque participó en una liguilla para obtener un lugar en la Copa Sudamericana 2021.

Para la temporada 2021, Millonarios hizo varias contrataciones notables, incluyendo a Fredy Guarín, Harrison Mojica, Daniel Ruiz, Andrés Murillo, Jader Valencia y el exgoleador de Millonarios, Fernando Uribe. Esta inversión tuvo resultados positivos, con el equipo logrando clasificar para los playoffs y llegando a la final, donde fue derrotado por el Deportes Tolima.

La temporada 2022 fue decepcionante para Gamero y Millonarios, ya que el equipo quedó fuera de la final en ambos torneos, a pesar de ser el favorito. Sin embargo, se consagraron campeones de la Copa Colombia tras derrotar al Junior de Barranquilla. Durante este año, Gamero rechazó varias ofertas para dirigir clubes de la Primera División de México, comprometiéndose a cumplir su contrato con Millonarios.

A principios de 2023, Gamero fue nombrado como uno de los posibles sustitutos de Gustavo Alfaro para dirigir la Selección de fútbol de Ecuador. Sin embargo, el puesto finalmente fue ocupado por el español Félix Sánchez Bas. 

Gamero también rechazó una oferta para dirigir el Emelec de Ecuador. Sin embargo, estos rumores no parecieron afectar su desempeño en Millonarios, ya que condujo al equipo a ganar la Liga BetPlay DIMAYOR I-2023, obteniendo su quinto título como director técnico en el fútbol colombiano.

A este título le antecedieron otras estadísticas. Durante su tiempo en Unión Magdalena (1982-87 y 1995-97), Gamero disputó un total de 331 partidos y anotó 6 goles. Aunque su contribución al marcador puede parecer modesta para un total tan alto de partidos, hay que tener en cuenta que la posición de Gamero en el campo no tenía como objetivo principal anotar goles, sino controlar el juego y aportar al equipo desde un rol más táctico y defensivo.

Luego, en Millonarios (1988-91), su contribución goleadora fue aún más limitada, anotando sólo 2 goles en 96 partidos de liga. Sin embargo, es importante señalar que Gamero también jugó 15 partidos en la Copa Libertadores durante su etapa con Millonarios, un torneo de gran prestigio en el fútbol de clubes de América del Sur.

Las estadísticas de sus temporadas con Envigado, Independiente Medellín y Unicosta (1992, 1993-94 y 1998, respectivamente) no están claramente detalladas. Esto limita nuestra capacidad para proporcionar un análisis más completo de su carrera como jugador.

En total, Gamero jugó al menos 442 partidos. Como entrenador, Durante su carrera como entrenador, Alberto Gamero ha liderado 922 partidos en total, de los cuales ha ganado 326, empatado 276 y perdido 330, lo que da un rendimiento general del 46.04%. Es importante observar que estos resultados son acumulativos y se reparten entre las diferentes temporadas y equipos que ha dirigido.

Hoy su lucha se ve recompensada, la estrella 16 con Millonarios, la más luchada y ansiada de su prolongada carrera en el fútbol.

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