Exministra Urrutia asegura que los Panamericanos no se deben hacer en Colombia

La situación actual en Colombia respecto a la realización de los Juegos Panamericanos ha generado un intenso debate nacional, especialmente tras la reciente declaración de la exministra del Deporte, María Isabel Urrutia. 

La exfuncionaria, que dejó su cargo en febrero de 2023 debido a presuntas irregularidades, ha sido una figura central en la controversia que rodea la pérdida de la sede de los Juegos Panamericanos 2027, originalmente asignados a Barranquilla.

El Gobierno de Gustavo Petro ha mostrado un interés particular en este tema después de que Panam Sports decidiera reubicar la sede de la edición 2027. 

Urrutia, acusada de retrasar el proyecto durante su gestión, ha defendido su posición en distintos medios de comunicación, alegando que la asignación de un presupuesto cercano a los US$400 millones para los juegos podría haberse destinado mejor a apoyar a las familias pobres del país.

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En una reciente entrevista con Caracol Radio, Urrutia explicó su perspectiva, señalando la ironía de gastar sumas considerables de dinero en eventos deportivos mientras muchas familias en Latinoamérica enfrentan severas dificultades económicas. 

Destacó que muchos atletas colombianos de alto rendimiento provienen de familias con recursos limitados y sugirió que el apoyo al deporte debe comenzar con la ayuda a la población más vulnerable.

A pesar de sus críticas a la inversión en los Juegos Panamericanos, Urrutia reconoció la importancia de estos eventos para el país, destacando el entusiasmo y apoyo del público en Barranquilla. 

También cuestionó la decisión de Panam Sports de no devolver los US$2,2 millones pagados por la Alcaldía de Barranquilla, describiendo la situación como una pérdida patrimonial significativa para la ciudad.

Finalmente, Urrutia instó a Panam Sports a reconsiderar su decisión y permitir que Colombia mantenga la sede de los juegos. 

Esta declaración ha avivado la polémica en torno a la idoneidad de realizar eventos deportivos de gran escala en países con desafíos económicos y sociales significativos, y ha puesto en duda la equidad y transparencia de los procesos de asignación de sedes por parte de organizaciones deportivas internacionales.

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