Colombia enfrenta desafío de controlar la población de hipopótamos que dejó narco Pablo Escobar

En un esfuerzo decidido para manejar y controlar la creciente población de hipopótamos en Colombia, el Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible ha presentado un ambicioso plan.

Este incluye traslados internacionales, esterilizaciones, confinamientos y, en último caso, la eutanasia. Una iniciativa que llega en respuesta a la creciente preocupación por el impacto de estos mamíferos, introducidos por el narcotraficante Pablo Escobar, en los ecosistemas nativos del país.

El anuncio fue realizado por la ministra Susana Muhamad, quien explicó en detalle cómo los 169 hipopótamos, herencia de la extravagancia de Escobar, han comenzado a afectar negativamente a las especies autóctonas como el manatí, la nutria y el chigüiro. Su presencia ha alterado la composición de las plantas acuáticas, la alimentación de los peces y, en última instancia, toda la cadena alimenticia del río Magdalena.

La amenaza es tan grande que, según un estudio del Instituto Humboldt y la Universidad Nacional, si no se toman medidas, la población de hipopótamos podría superar los 1,000 individuos para 2035.

Una de las principales estrategias de este plan gubernamental consiste en el traslado de 85 hipopótamos a otros países, con 60 destinados a India, 15 a Filipinas y 10 a México. 

Muhamad enfatizó que el Ministerio está operando bajo los estrictos lineamientos de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Aseguró que el país receptor deberá demostrar que posee las condiciones adecuadas para el cuidado de los animales y que la transferencia no provocará problemas ambientales adicionales.

Además del traslado, la esterilización es otra de las estrategias clave. Con un costo aproximado de 40 millones de pesos (unos 10.000 dólares) por individuo, el objetivo es esterilizar a 40 hipopótamos al año. Los primeros 20 procedimientos de esterilización están programados para comenzar en los próximos seis meses, en asociación con la Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los Ríos Negro y Nare, Cornare.

El plan también contempla el confinamiento de estos animales, aunque la ministra advirtió que Colombia carece de espacios adecuados para un manejo responsable de hipopótamos. Finalmente, como último recurso, se menciona la posibilidad de la eutanasia, aunque sólo tras agotar todas las demás alternativas y siempre de acuerdo con estrictos protocolos.

Este problema se remonta a la época del narcotraficante Pablo Escobar, que en el apogeo de su imperio criminal, importó una gran variedad de animales exóticos para su zoológico personal en la Hacienda Nápoles, una vasta propiedad de casi 3.000 hectáreas en Puerto Triunfo, Antioquia. 

Tras su muerte en 1993, estos animales quedaron sin supervisión y se adaptaron a las fértiles planicies del Magdalena Medio, alimentadas por las aguas del río Magdalena, el principal de Colombia. La población de hipopótamos, en particular, ha prosperado, dando lugar a este desafío sin precedentes para el país.

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